La primera vez que tuve contacto con un indio fue gracias por supuesto a Disney. Por aquel entonces Tigrilla me caía bastante mal y habría sido imposible creer a cualquiera que me dijera que algunos (bastantes) años más tarde estaría tratando de imitarla. Pero sí, amigos, a estas alturas ya sabemos todos que la moda es así de impredecible y que donde dije digo digo Diego (Seguro que no fui la única en jurar durante la pre-adolescencia que JAMÁS DE LA VIDA llevaría pitillos).
A pesar del ansia por el cartelito de nueva colección hasta que mi bolsillo se recupere de las rebajas y hasta que no nos caiga encima la primavera he prometido no comprar
Mi pequeño homenaje de reconciliación con Tigrilla.
PD: ¡¡¡¡¡he vueltooooooooooooooooooo!!!!!
Pues yo también quiero...
ResponderEliminarPor cierto, qué alegría que vuelvas!!
A mí también me gustaría dibujar mis deseos y apaciguar así mis ganas.
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