lunes, 25 de octubre de 2010

os los presento

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Estos son mis monstruos. Algunas veces vienen a visitarme, dicen que sólo serán unos minutos, quizás horas, pero mienten una y otra vez. Se sientan en el sofá e incluso apoyan sus pies sobre la mesa, toman el té con delicadeza y lo sorben sin hacer ruido. Los días con los monstruos suelen transcurrir como cualquier día normal, me acompañan en el metro y a hacer la compra, me observan fijamente mientras me peino o bostezo y me ayudan a ponerme el abrigo cuando salgo a pasear.

El problema empieza a la caída de la tarde, cuando el sol desaparece lento. Mis monstruos, que no dejan de ser monstruos, se vuelven feos y feroces, sus dientes se afilan y sus pupilas se dilatan como si fueran a comerme. Crecen sus uñas y se vuelven largas y amenazantes, y sus bocas grandes cambian el silencio sepulcral por unos gruñidos y gemidos que hacen temblar las paredes.

y yo ya soy demasiado mayor para esconderme debajo de la cama.

5 comentarios:

  1. Hay que ver!! tan jobiales de día y tan gamberros de noche!!!
    Son muy chulos tus monstruos...menuda faena ahora que pronto cambian la hora y anochece antes!!! Intenta meterlos por verea a ver si la tarde no los revoluciona tanto ^_^
    besos!!

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  2. i love vintage illustrations! so mysterious

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  3. Opino que cierres los ojos y chilles, o sino metete en un armario bajo llave seguro que no son tan listos comop para abrir el armario.
    (:

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